07 agosto 2008

Y volvemos al cuento de nunca acabar…

Finalmente se ha pronunciado la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia con respecto a las inhabilitaciones dictadas por el Contralor General de la República en contra de 260 personas implicadas en hechos ilícitos en contra de la cosa pública.


Como era lógico pensar, se confirma la constitucionalidad del artículo 105 de la Ley Orgánica de de la Contraloría y del Sistema Nacional de Control Fiscal; el cual establece las atribuciones del Contralor General de la República en cuanto concierne a la aplicación de sanciones como consecuencia de la responsabilidad administrativa declarada de acuerdo a lo establecido en los artículos 91 y 92 de la misma Ley.

Declara también, la Sala Constitucional, que las actuaciones del Contralor General de la República no contravienen lo establecido en el artículo 49 de la Constitución Nacional (Derechos Civiles), en su ordinal sexto, por cuanto la inhabilitación es una pena accesoria y no el resultado de un nuevo proceso de judicial o administrativo por un mismo acto ilícito como se ha pretendido hacer ver.
Establece la sentencia que lo señalado en el artículo 65 de la Constitución Nacional (Derechos Políticos) no es más que una modalidad de inhabilitación sin limitar la posibilidad de que existan otras medidas administrativas aplicables como consecuencia de malos manejos en el ejercicio de funciones públicas. En todo caso, agregaría yo, si estos señores continúan postulándose a cargos públicos y bajo el supuesto negado de que siempre ganasen, ¿para cuando van a dejar el cumplimiento de las sanciones que se les han dictado desde hace años sin que hasta la fecha lo hayan hecho por resolución del mismo máximo tribunal de la República del año 2005?

Lo relativo a la violación del artículo 42 de la carta magna no tiene asidero de ningún tipo por referirse este a la pérdida de la ciudadanía y el consecuente ejercicio de los derechos políticos. Por supuesto, en un país donde cada quien quiere hacer lo que le venga en gana utilizando las leyes como papel higiénico, no podían faltar las declaraciones desafortunadas de los pseudo líderes de la oposición venezolana.

El principito de Chacao no encontró mejor justificación para la decisión de la Sala Constitucional que el miedo, es decir, las leyes son letra muerta y lo establecido en ellas es pura paja, ¿será que este carajito con estudios de teología pagados por Fundayacucho nunca aprendió a leer? Al menos no comete la estupidez de declarar que no acatará la decisión del Tribunal Supremo, pero no podía dejar de inculpar al jefe de Estado por la sentencia, obviando el detallito de los millones que recibiera de PDVSA, siendo él y su mami empleados de esa empresa Estatal, para financiar su partido político. Lo triste no es que López diga lo que le parezca, lo lamentable es que haya gente que aun salga a defender a este jovencito cara dura.

Otra nota penosa es la declaración del nuevo producto mediático venezolano-estadounidense, Yon Goicoechea, en la que, por supuesto, acusa al gobierno de no dejar elegir libremente a los venezolanos y, además, amenaza con incendiar la ciudad. Interesante posición de un estudiante de derecho. Ahora resulta que, según este caballerito debemos elegir esas personas aunque hayan estado incursas en delitos tipificados en las leyes que él debería defender. Pareciera que Goicoechea realmente se cree aquello que le dijeron al regalarle el medio millón de dólares acerca de su extraordinaria contribución a la libertad (¿?) e interpreta como libertad el encubrimiento de hechos ilícitos en contra de la cosa pública y la protesta violenta. He aquí personificado en este joven el más vivo ejemplo de subdesarrollo venezolano: no importa que esas personas estén incursas en delitos o faltas contra el erario nacional, son las que queremos y las tienen que dejar inscribir su candidatura, pasando por sobre las leyes e instituciones porque simplemente somos arrechos. Bella manera de aportar a la defensa de la libertad y desarrollo de Venezuela. ¿Cómo puede salir un pueblo delante de esta manera?

No podía faltar a la parodia mediática el representante de eso que llaman de forma rimbombante “Comando Nacional de Resistencia” y la primera pregunta que me hago es ¿resistencia a qué? Porque resistir es oponerse a la acción o violencia de otro y eso no está ocurriendo en Venezuela. Resistencia hay en Irak, Afganistán y Palestina, como la hubo en Francia contra los nazis, como la hubo en Vietnam, como la hubo en Corea del Sur y Filipinas. En Venezuela tenemos un caballero llamado Oscar Pérez declarando que los Magistrados de la Sala Constitucional “…una vez más han actuado como activistas políticos afectos al oficialismo, en lugar de administrar justicia, como es su obligación legal y ética, colocando de lado los más altos intereses patrios y democráticos, pisoteando la legalidad, aplastando los derechos de los venezolanos a elegir los gobernantes que deseen…”

En otras palabras y al igual que a Goicoechea, al señor Pérez le parece que por encima de todo hecho ilícito que hayan podido cometer los inhabilitados, los intereses patrios y democráticos se protegen permitiendo la candidatura de quienes tienen cuentas pendientes con la justicia.

Volvemos al cuento de nunca acabar, cuando las decisiones de algún órgano del Estado favorecen sus intereses, los representantes de la oposición no dudan en ensalzar a los funcionarios involucrados en tal decisión y ponderar las virtudes de estos, si no me creen les invito a ver los videos de Globovisión una vez conocidos los resultados del referéndum del pasado diciembre. Sin embargo, cuando las decisiones son contrarias a sus deseos, son duramente criticadas aunque estén totalmente apegadas a la norma jurídica y los funcionarios encargados de aplicar la ley son descalificados sin contemplaciones de ninguna índole.

Continuamos sin tener una oposición seria, continuamos sin ver un verdadero debate de ideas que pueda nutrir nuestra democracia y, si todo continúa como va, el mapa volverá a teñirse de rojo cuando se conozcan los resultados electorales porque, salvo contadas excepciones, la oposición se dedicó a echarse cuchillo a si misma mientras el oficialismo trabaja por la unidad de sus cuadros sin perder tiempo en rencillas relacionadas con los inhabilitados que, aunque la prensa comercial y la oposición no lo mencionen, son unos cuantos en el campo rojo rojito. Ganará la oposición algunas municipalidades y estados, mas por defecto del oficialismo que por mérito propio, esto redundará en el reforzamiento de nuestras instituciones. Está por verse si el discurso violento cambia, en ambos bandos, y comenzamos a observar un poco más de madurez política en el país.

Hahnemann Coll
hahnemanncoll@gmail.com

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