14 agosto 2008

La moda anti "pompa y etiqueta" gana adeptos entre los gobernantes

El traje oscuro con corbata ha dejado de ser el único atuendo adecuado para un mandatario latinoamericano el día de su investidura y otras ceremonias.
Ahora lo que se impone son las chaquetas informales, las guayaberas o las camisas con tejidos indígenas, e incluso los sombreros rancheros y las sandalias. El ex obispo Fernando Lugo, quien asumirá como nuevo presidente de Paraguay este viernes, también se ha sumado a esta moda anti 'pompa y etiqueta', que tiene variantes 'étnicas', 'ideológicas' y otras basadas en la comodidad y el rechazo al convencionalismo. Las presidentas Cristina Fernández, de Argentina, y Michele Bachelet, de Chile, la segunda más tradicional que la primera en sus atuendos, gozan de la mayor libertad que en cuestiones de moda suelen tener las mujeres. Sin haber sido parte nunca del poder, el escritor colombiano Gabriel García Márquez puede ser considerado un pionero de esta tendencia, por haber acudido a recoger el Premio Nobel en 1982 vestido con liqui-liqui, un traje de lino blanco típico del Caribe colombiano, en lugar del frac tradicional. Lugo ya ha anunciado que no usará corbata en la ceremonia y que solo si hace frío cambiará sus habituales sandalias, en ocasiones simples chanclas de goma, por zapatos. El ex obispo de San Pedro sigue en esto los pasos del boliviano Evo Morales, el primer mandatario indígena de su país, quien no ha usado corbata ni el día de su investidura ni en visitas oficiales a otros países y ha creado tendencia en el vestir.



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