por Alfredo Toro Hardy
Los socios europeos se encontraron ante una seria disyuntiva: distanciarse de Alemania y arriesgar los objetivos de unión política y monetaria derivados de Maastricht, o plegarse a disgusto a los argumentos de Bonn. Inevitablemente decidieron esto último, y el 15 de enero de 1992 la independencia de Croacia y Eslovenia fue reconocida por las principales capitales occidentales. A partir de ese momento la autodeterminación étnica se convirtió en la norma por seguir y, como era de esperarse, la anarquía se impuso por doquier.
Cuando los croatas de Croacia se basaban en la autodeterminación étnica para independizarse, a ellos les parecía bien. Pero cuando eran los serbios de Croacia los que recurrían a este mecanismo para unirse a Serbia, los croatas no lo aceptaban. Cuando los serbios de Croacia utilizaban esta vía para unirse a Serbia, a los serbios les parecía bien, pero ya no la aceptaban cuando eran los musulmanes o los croatas de Bosnia quienes aspiraban a su independencia de Serbia. Y así sucesivamente. A partir de este momento las separaciones étnicas se convirtieron en buenas o malas dependiendo del ojo que mirase.
La situación no ha cambiado. Hace unos meses, Washington y buena parte de sus aliados europeos desestimaron la integridad territorial de Serbia y procedieron a reconocer la independencia de Kosovo. El deseo de independencia de la etnia albana predominante, era razón suficiente para justificar la existencia soberana de ese lugar del mundo. Sin embargo, lo que era bueno para el pavo no lo es para la pava. Cuando la etnia rusa preponderante en Osetia del Sur aspira a unirse a Rusia, las cosas cambian para las capitales de Occidente. Y, a la inversa, Rusia que no aceptaba la autodeterminación ética de los kosovares, como tampoco la acepta para los chechenos, no duda en reconocérsela a los osetas rusos. Aun cuando en justicia debe recordarse que Rusia había advertido que si se reconocía a Kosovo, se estaría sentando un grave precedente para Osetia del Sur y otras regiones.
Alfredo Toro Hardy
altohar@hotmail.com
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