22 agosto 2008

Alfredo Toro Hardy // La excepcionalidad venezolana

De acuerdo al reconocido columnista Fareed Zakaria,
existe un grupo de países que puede flotar por encima de las reglas internacionales prevalecientes y darse lujos, tanto en lo económico como en lo político, que a otros les están negados. Según sus términos se trata de "islas de excepción" dentro de la economía global. Las mismas se encuentran constituidas por los principales productores petroleros (Newsweek, Special Edition, diciembre 2006-febrero 2007).

por Alfredo Toro Hardy
A su juicio, en el mundo del petróleo hay sólo cinco países que cuentan: Irán, Arabia Saudita, Rusia, Venezuela e Irak. De ellos, el último queda fuera del juego por razones obvias. Sumido en el caos, mal puede Irak presentarse como expresión de algún tipo de situación de privilegio. Los otros países citados, en cambio, disfrutan de un margen de maniobra muy particular en la escena internacional.

Por su parte, el importante intelectual francés Jacques Attali ha acuñado el término "VRAI" (verdadero en francés), con las iniciales de cuatro países a los cuales "el precio del petróleo eleva al primer plano del escenario mundial: Venezuela, Rusia, Arabia Saudita e Irán" (L'Express, 4 mayo, 2006).

Según él, los "VRAI" disponen de "inmensos recursos financieros y de las infraestructuras humanas y políticas para utilizarlos". Ello los convierte en potencias regionales llamadas a convertirse en "los protagonistas del escenario político en los próximos años".

En momentos en que el mundo se encuentra en proceso de transición hacia un nuevo orden en fase de definición, estas "islas de excepción", estos "VRAI", disfrutan de una capacidad de experimentación muy especial. Esa capacidad, desde luego, no puede ser fácilmente reproducible por quienes no cuenten con la autonomía de acción que brindan los petrodólares. No obstante, sus experimentos políticos, económicos o sociales, contribuyen a proyectar modelos alternativos.

Pero no es sólo en la definición de modelos propios, donde países como los citados disponen de un margen de maniobra muy especial. También, y de manera fundamental, evidencian una particular libertad de movimiento en materia de política internacional.

Por un lado, disfrutan de licencias en su trato con Washington y con el poder establecido que redefinen los límites de lo permisible. Pocos países se atreverían a lidiar con Estados Unidos con la asertividad y confianza con que lo hace Rusia, a hablarle como lo hace Venezuela o a desafiarle como lo hace Irán. Por otro lado, la excepcionalidad de estos países apunta a la conformación de ejes de influencia internacional o regional. Rusia busca reencontrar parte de la presencia y respeto internacionales de los que disfrutaba en tiempos de la vieja Unión Soviética. Irán se proyecta como la gran potencia emergente en el Medio Oriente. Arabia Saudita busca llenar el vacío dejado por Irak en el mundo árabe sunita. Venezuela apunta hacia un espacio de influencia en América Latina, sobre los parámetros de la solidaridad y la complementariedad. La condición excepcional de estos países le brinda un importante efecto multiplicador a sus voces. Son interlocutores con mensaje propio en medio de un mundo en proceso de reencontrarse a sí mismo.

Alfredo Toro Hardy
altohar@hotmail.com



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